martes, 14 de enero de 2014

La casa de la Faustina



El Corte Inglés, versión rural, allí podías encontrar de todo, zapatos, comida de toda clase, herramientas, etc. Los chinos no han inventado nada, la señora Faustina ya tenía un gran bazar en una fachada de apenas tres metros, lo que siempre fue un misterio era la profundidad de la casa. 
Si vitalidad, como la de todas las personas mayores del pueblo era legendaria, a pesar de no rebasar el metro y medio, nunca descansaba y el horario de apertura era de lo más amplio.
Además formaba parte de un ritual, por la tarde después del baño en el río, todos a comprar pipas en casa de la Faustina para ir acto seguido a las escuelas o a pasear hasta el empalme.

3 comentarios:

  1. Esse tipo de lugar e costume é precioso demais! Que bem fazem essas pessoas para se aproximar de quem passa, de quem frequenta a área... interessante entrada de preservação.

    Beijos, amigo querido.
    Feliz semana.

    ResponderEliminar
  2. Son los verdaderos ultramarinos que la especialización acabó por desmoronar hasta hacerlos desaparecer. Ahora se trata de tener mucho de lo mismo en un espacio concreto. No sé yo... :))
    Bonita fotografía.

    un abrazo :)

    ResponderEliminar
  3. he leido tus otros blogs
    me han encantado escribes muy bien

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por tu comentario!